11/24/2008

José Saramago: 'Ensayo sobre la ceguera'

Juguemos por un momento al juego de “Y si fuese ciego”, e intenta no tropezar, no caerte, no tumbar jarrones con flores de plástico o vasos llenos de agua hasta el borde. O sírvete uno para ahogarte la sed. Tropiézate, cáete, y ten la entereza de levantarte, luego, del suelo. Pero… ¿y si todo un pueblo, toda una ciudad, y todo un país, repentinamente se volviese ciego, no viera más que una cortina blanca o una luz enceguecedora? ¿Qué harían nuestros maestros, nuestros médicos, nuestros policías, nuestros políticos si también ellos están ciegos? ¿Qué sería de nosotros sumidos todos en un mundo donde nadie ve absolutamente nada? La metáfora es luminosamente bestial, si pensamos, más allá del argumento,  que la ceguera no es hoy física, sino el estado vital del ser humano que no ve, más allá de sus narices, cómo está su propio hermano. La pregunta te la planteo yo a ti: ¿cabe lugar para una historia de amor, para algo de comunicación humana, de cariño, de afecto, en un mundo desorbitado?


«Y si fuese ciego, soñaba que cerraba y abría los ojos muchas veces, y que, cada vez, como si estuviera regresando de un viaje, lo estaban esperando, firmes e inalterables, todas las formas y colores, el mundo tal como lo conocía. Por debajo de esta certidumbre tranquilizadora percibía, no obstante, la agitación sorda de una duda, tal vez se tratase de un engaño del que forzosamente despertaría más pronto o más tarde, sin saber, en aquel momento, qué realidad le estaba aguardando.[…] Y si abro los ojos y veo, se preguntaba, todo él dominado por una ansiosa esperanza. La mujer se le acercó, Pobre, qué te ha pasado, preguntaba compadecida mientras desataba el vendaje. Entonces él, con todas sus fuerzas, deseó ver a su mujer arrodillada a sus pies, allí, como sabía que estaba, y después, ya seguro de que no iba a verla, abrió los ojos. Vaya, has despertado al fin, dormilonazo, dijo ella sonriendo. Se hizo un silencio, y él dijo, Estoy ciego, no te veo.»

 

José Saramago: Ensayo sobre la ceguera.

1 comentario:

Elisa D'eppreci dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.