11/27/2010

INSOMNIO, por Iribarren.

Ahora que las noches son más largas...

Madrugada, verano, fumando
en el balcón. Una ventana,
al otro lado de la plaza,
se ilumina. Oigo el clic
de un encendedor.
Un tipo. Me mira, desviamos
la mirada. En la calle
una conversación deshilachada
entre borrachos. En el cielo
la luna, amarilla, inmensa.
Sobre ella, la estela
de un avión... Te acercas.
Me abrazas por la espalda.
Me susurras al oído unas
palabras. Imposible decir no.
                          K. Iribarren.

1 comentario:

Víctor M. dijo...

Mira, Alberto, el inicio de este cuento de Carver (para mí, uno de los más ensirocadores):

No puedo dormir, pero cuando sé que Vicky, mi mujer, está dormida, me levanto y miro por la ventana del dormitorio la casa de Oliver y Amanda, al otro lado de la calle. Oliver se fue hace ya tres días, pero Amanda, su mujer, está despierta. Tampoco ella puede dormir. Son las cuatro de la madrugada, y en la calle no se oye ningún ruido. NO hace viento, no hay coches, ni siquiera hay luna. Sólo la casa de Oliver y Amanda, con las luces encendidas y las hojas amontonadas al pie de las ventanas.


Es probable que Iribarren se haya inspirado en ese relato. Y hay que agradecerle que prescinda en su poema del final descarnado que tiene la prosa del otro.

Y siempre nos quedará Oviedo, y la sidra, y las partidas de ajedrez, y la puta madre de la poesía.